Hoy hablaba con una lectora a través de e-mail.
Me preguntaba aquello que ya he hablado con algunos de vosotros en más de una ocasión… ¿Cuándo he de parar? ¿Cuántos tratamientos he de hacerme?
Os diré que en realidad no hay un momento general para que esto pare.
Por la experiencia que tengo al escuchar muchas aventuras similares a las vuestras y la mía, estoy convencida que llega un momento que cuerpo y mente te dicen «Para. Hasta aquí» y no es un «Para-hasta-aquí» de rebeldía… es de verdad-verdadera, como cuando decides cortar con tu novio porque no soportas más que te trate como a una m***da seca.
Es un «Hasta aquí» porque sabes que estás preparada para enfrentarte al duelo que supone no ser madre o plantearte otra opción. Tú misma te dices «Es el momento de pasar a la acción» ya sea este el tiempo de parar definitivamente y comprobar de una vez por todas como va a ser tu vida de verdad, empezar a recuperarte de todo esto, o bien de evaluar una adopción, una ovodonación, etc.
Es como pasar a otra fase, a otra etapa…
Si tú consideras que estás preparada (no pienses tampoco que encontrarás un momento que lo sientas al cien por cien ya que ese porcentaje se consolida cuando estás embarcada en el nuevo proceso, en la nueva etapa) para cambiar el rumbo y redirigir esta historia por otro camino, no lo dudes. Debes comenzar.
Lo que si te recomendaría es tomarte un tiempo entre fase y fase, un par de semanas… un mes (lo que tú consideres), para estar contigo misma, con tu gente, con tu pareja… para tomarte un respiro, unas vacaciones de todo esto.
Pero también te digo, que aquí sí que tendrás que ser fiel a ti misma y recompensarte por todo este tiempo de lucha, esforzándote en darte DE VERDAD un respiro, posponiendo decisiones, pensamientos y lucha hasta que esas vacaciones emocionales terminen. (No hagas como cuando tienes vacaciones en el trabajo y te llevas informes, contestas al teléfono o revisas tu email… eso no son vacaciones ni nada… ya me entiendes)
Te vendrá de maravilla ese in pass para desconectar, porque cuando vuelvas a resetearte y las luces de ON AIR vuelvan a encenderse, te encontrarás con fuerzas renovadas para continuar. Para empezar de nuevo y seguir avanzando en positivo.
Lo más probable es que cuando decimos que llega un tiempo en el que nos sentimos bloqueados, que ya no sabemos hacia donde tirar… se deba a eso… al cansancio físico y emocional que supone estar pendiente continuamente de si finalmente seremos padres o no. Y ojo, porque lo más normal es que ese cansancio traiga consigo enfados, crisis, bajones emocionales del tamaño de los Mallos de Riglos, etc.
En este punto, quiero que sepas que si de paso, tu relación de pareja se ha visto sacudida por todo esto, debes confiar que todo volverá a su ser. Es normal si sientes que está todo a flor de piel, que ya nada es lo de antes y que todo se tambalea. ¿Cómo pasar por esto de puntillas? Es prácticamente imposible. Cualquier asteroide en forma de problema que esté amenazando vuestro planeta trae consigo estas cosas.
La solución está en permanecer unidos, en solucionar uno a uno los conflictos que vayan llegando… y sobre todo hablar y decir «Oye, de verdad… lo siento, es que todo esto me supera…».
Pedir perdón, decir «Lo siento» y «Te quiero» son fórmulas magistrales que os harán siempre fuertes. Y no te olvides de la palabra «Nosotros» y marcaros una cena, una escapada, una botella de cava, un detalle semanal que os haga sentir que vuestro Universo Parejil también está bien cuidado. Mimaros el uno al otro… es súper importante.
Todo este cansancio monumental es por que estáis en plena lucha y eso agota a cualquiera. Es como no dormir en días… llega un momento que no te aguantas ni a ti misma.
Por lo tanto… No hay un momento X que se pueda aplicar a todo el mundo para determinar cuando parar.
Cada uno tiene el suyo. Hay gente que ni empieza, porque evalúan que no quieren pasar por un tratamiento y para mí son igual de valientes que aquella persona que decide hacerse dieciocho tratamientos.
No hay un medidor de Deseo Ser Madre. No lo hay. Y sin embargo el sentimiento potente es el mismo, el duelo al no lograrlo es igual.
Y todas las decisiones son respetables. Absolutamente todas, ya que cada uno tiene sus circunstancias personales, sus creencias, su fuerza, su vida… y nadie tiene que someterse a un juicio externo por una decisión tan personal. Y por supuesto, nadie somos nadie para juzgar a alguien en este sentido.
Me ha encantado este post. Ayer descubrí tu página y me encanta leerte, yo llevo 3 años en tratamiento, primero con mi gine y desde junio en una clinica de reproducción asistida y esto me está consumiendo tanto que no sé cuando parar pero escucho a mujeres que aguantan dieciocho tratamientos y yo creo que no podré aguantar tanto…..
Gracias por estar ahí Marian!